Se encontró en 1800 en el corral de la Bóveda, cerca de Palmitoso, a la derecha de la actual carretera de San José del Valle, a 16 km de Alcalá de los Gazules y a unos 2 km escasos de la Mesa del Esparragal, donde después se situó la ermita de los Santos Mártires, por creerse que las sepulturas y los esqueletos encontrados junto al pedestal eran de mártires. El hallazgo se produjo a mediados de octubre de 1800 por un labrador (Ramos 1983: 155-158).
Se conserva en el lateral izquierdo de la iglesia de San Jorge de Alcalá de los Gazules. El dominico del convento de Alcalá José de Ayala leyó la inscripción por primera vez el día 23 de octubre de 1800. El monje dio aviso al vicario o al arcipreste de Alcalá, quien a su vez informó al arquitecto Pedro Ángel Albisu. A él se le encomendó las excavaciones del lugar. Se informó al Gobierno el 30 de diciembre de 1800, expresando que en el lugar se encontraron numerosos enterramientos, un pectoral con forma de cruz, redomas de barro, de vidrio, trozos de metal…
El pedestal y los huesos de la tumba número 1 se trasladaron a la iglesia de San Jorge de Alcalá. El resto de los objetos encontrados desaparecieron. En el lugar se construyó una ermita que se destruyó antes del final del siglo XIX. (Ramos 1983: 155-158). Fue calcada por Mariano Pardo de Figueroa y dibujada por Aureliano Fernández Guerra, documentos que pudo ver Hübner (Romero 1908: 515).
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