Cuando Berlanga la estudia era propiedad de Benito Vilá. Fue publicada por Cándido MarÃa Trigueros, en el tomo primero de las Memorias literarias de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Ahà se menciona que se encontró sirviendo de cubierta a un sepulcro en el cortijo La Haza. Después se ubicó en el suelo del balcón principal de la casa de JoaquÃn de Pineda, en la calle Empedrada de la Villa de Espejo. De ahà se quitó y se trasladó a Málaga.
los datos no se completaron. Aguilar (1892): 205
Aguilar concluÃa que la inscripción se halló en los Villares de Zeba, entre Espejo y Castro del RÃo, provincia de Córdoba. (Aguilar 1892: 207)
La mayorÃa de los autores sitúan su procedente en Ategua.
El Cortijo del Haza actualmente se ha identificado con el Cortijo del Haza de las Trinidades, situado en el Camino de Córdoba (antigua vÃa romana) junto al arroyo Trinidades. Según Sánchez Velasco, Moreno Rosa y Gómez Muñoz podrÃa ser que la pieza se hallara más al sur, donde el arroyo del Encineño bordea la pendiente suroeste del cerro del Toscal, ya que en el mapa topográfico nacional de 1899 señala unas ruinas denominadas Torreón del Encineño, torre de vigilancia de la campiña e interesante yacimiento arqueológico. (Sánchez Velasco – Moreno Rosa – Gómez Muñoz 2009: 142-144)
Esta inscripción podrÃa corresponder a una iglesia realizada por un potentado dentro de sus dominios, como una auténtica basÃlica de carácter privado, más ligada a cuestiones representación y prestigio familiar que a necesidades parroquiales. Estas construcciones originaron muchos problemas entre laicos poderosos y obispos, debido a cuestiones relacionadas con el mantenimiento y las rentas generadas. (Sánchez Velasco, Moreno Rosa, Gómez Muñoz 2009: 142-144)
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