Encontrada en noviembre de 1975 a pocos kilómetros de la ciudad de Cabra, en un pequeño cerro, situado en el Cortijo de Villanueva la Baja, propiedad de don Francisco Ruiz Rosales, emplazado en la carretera de Cabra a Doña MencÃa, km. 96 a una distancia de 8 km de Cabra.
Según el obrero que encontró la lápida, al realizar unas faenas agrÃcolas con un tractor, fueron levantadas con las rejas del arado gran cantidad de piedras, enterradas a una profundidad aproximada de medio metro, entre las que se encontraba esta inscripción. Debieron localizarse dos o tres losas de las mismas dimensiones, pero sin inscripción; y otras dos o tres piezas, rotas por la máquina, que eran de mayor tamaño, descritas como trozos de piedra caliza de calidad, labradas. La caliza no es un material que se localice en esa zona. (Gil - González 1977: 455-461).
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