El texto tiene todos los elementos que harían suponer que se trata del enterramiento de un mártir, pero Pascentius no lo fue (Ramírez 1991: 90-97).
La inscripción demuestra que a finales del siglo IV y comienzo del V se conocían tanto la tradición clásica como los textos cristianos. Parece indicar además que mantenía la tradición de la métrica clásica en hexámetros, aunque adaptada a las circunstancias de la época (pérdida de cantidad) (Ramírez 1999: 436)
Pascentius residente en Hispania aunque procedente de Roma, donde este nombre es muy conocido, atestiguado en el Hydatii Chronicon, 138. Pascentius debió ser un doctor de la iglesia maniquea (un electus) dedicado a viajar por el mundo, predicando y mostrando el camino de salvación, que fue expulsado de Astorga y también de Mérida, de su territorio o de Lusitania por el obispo Antonino de Emerita (448 d.C.). El hecho de que se encontrase su epitafio en un pueblo próximo a Mérida puede hacer pensar que su expulsión fue temporal.
Todo hace pensar que se trate del mismo personaje: el cognomen, el espacio geográfico, la coincidencia temporal (siglos IV-V d.C.), la doctrina maniquea que parece reflejarse en algunos aspectos inusuales de la inscripción, que resumen el sistema salvífico maniqueo, que predicaba un sistema de «iluminación» basado en el conocimiento y el ascetismo más radical. La enseñanza podría resumirse en tres puntos que se plasman en la inscripción: COGNITIO (Protinus ut vocem auribus percepit carmina Cristi), REGULA SANCTITATIS (feralemque vitam temulentiaque pocula Bacchi) RESTITUTIO AD REGNUM DEI (sobrius ut animus specularetur aetheria regna). El alma presta oídos a la Revelación, reconoce su origen divino, practica la purificación de la luz, combate contra las tinieblas con la ascesis y la gnosis para concluir en el hogar primigenio. Sólo la alianza entre la teoría y la práctica permite remontar el vuelo hasta la mansión celestial. En las lín. finales se le proclama acleta que recibió la palma, la estola y la corona. Es decir, se le considera un «mártir»; los premios se refieren al combate ascético y a la persecución que padeció el difunto. El crismón y las palmas martiriales harían referencia al doble combate de Pascentius en la ascesis y la confesión. (HEp 7, 157 según estudio de San Bernardino 1997).
Crítica de I. Velázquez en HEp 7, 157: Para Velázquez merece la pena insistir en la sólida y coherente argumentación de este trabajo, que ya destacó en I. VELÁZQUEZ, 2000, 262-263. Aunque, como advierte el propio autor, si se parte de la base de que no pueden identificarse el Pascentius de la inscripción con el citado por Hidacio, Chron. 318, los argumentos no resultan definitivos, pero no se puede negar la verosimilitud de la hipótesis que se presenta y que, en su opinión, puede aceptarse (HEp 7, 157)
Para Sastre de Diego, Pascentius fue un noble cristiano que vivió y murió en sus propiedades rurales (Sastre 2012: 21)
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