Los dos fragmentos de credo epigráfico se encontraron en el año 1956, en las proximidades de la ermita del Cristo de la Vega, al realizar las obras para la canalización del agua, donde además se hallaron otros fragmentos escultóricos y epigráficos. Fueron rescatados y entregados al Museo provincial por Manuel Jorge de Aragonenses. Probablemente proceden de la antigua basÃlica visigoda de Santa Leocadia, de posible origen martirial (Cortés 2011, 266-267).
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