En el año 1951 Ramos (1954/55, 110) especifica que dedicĂł el año entero a abrir una zanja extramuros del poblado y por su lado oeste, muy prĂłxima a los restos de muralla y torres romanas existentes en esa parte del yacimiento. La zanja, de metro y medio de ancha y más de doscientos de larga, con una profundidad de poco más de dos metros hasta llegar a las arenas del cauce del arroyo o riachuelo que por allĂ discurrĂa en tiempos pretĂ©ritos y que servĂa de eficaz foso para la defensa del poblado. AllĂ mismo se encontraron unas cuantas marcas de sigillata; una de ellas es la que aquĂ presentamos.
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