Archivo Epigráfico de Hispania Tardoantigua y Medieval (AEHTAM)

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 YACIMIENTO:  MUNICIPIO:
 PROVINCIA:     REF:   REF. AEHTAM:
 DEPÓSITO,N.INV.  OBJETO:   TIPO YAC.:

 

 
Generalidades Texto Epigrafía y
Paleografía
Ilustraciones CONTEXTO
ARQUEOLÓGICO
Bibliografía

 FECHA HALLAZGO:  CIRCUNS. HALLAZGO:
 DATACIÓN

Finales del siglo VI, principios del VII.

 CRITERIOS DE DATACIÓN :

Datación interna del texo. Paleografía de la inscripción.

 CONTEXTO HALLAZGO:

La primera mención del hallazgo se debe a Luis de la Cueva en sus "Diálogos de las cosas notables de Granada" (1603), quien señala que la inscripción se hallaba situada «en casa del beneficiado Molina» y que se encontró «dos varas debaxo de tierra en la casa Real Vieja» (sc. palacios nazaríes), 30 años antes. Según este autor, Granada recibía el nombre de Nativola, diminutivo (a través de Nativa) de Natta (divinidad de origen granadino, que, según una interpretación equívoca de Cic. Div. 2, 20, 45 y 21, 47, llegó a tener una estatua en el foro republicano de Roma), un topónimo que encontraría su refrendo en la lectura «Natayde» de otra inscripción encontrada en la Alhambra, leída en ese momento erróneamente como pecunia sua extr(udit) nataedi, en lugar de pecunia sua exornata edit (CIL II2/5, 633). Le sigue Francisco Bermúdez de Pedraza en 1608 en "Antigüedad y excelencias de Granada", aunque en 1638, en Historia eclesiástica, principios y progresos de la ciudad y religión católica en Granada, afirma que se encontró «sacando los cimientos de la Iglesia parroquial de Santa María, donde parece aver estado alguno de los templos dichos» (sc. los tres mencionados en el texto de la inscripción). La opinión de que apareció en esta iglesia en la Alhambra es la que ha prevalecido desde Hübner (IHC 115) y arranca de las noticias de los humanistas desde el último tercio del siglo XVI, debidas al deseo y oportunidad de dotar de legitimidad histórica a Granada como sede arzobispal frente a Guadix y Almería, además de dotar de antigüedad a Granada, ya desde época romana y visigoda, con el renacimiento cristiano de la ciudad, en especial a través de la acrópolis de Granada, es decir, la Alhambra, en la que se habrían hallado restos de estatuas e inscripciones romanas, a las que se uniría después también esta inscripción de Nativola. Según Bermúdez de Pedraza (op. cit.) este templo se consagraría en lo que sería la iglesia de San Esteban Protomártir (la primera de las citadas en la inscripción). Posteriormente el lugar habría sido ocupado por una mezquita y después por el primer templo metropolitano, a la espera de la construcción de la Catedral en el recinto de la Alhambra, por lo que «fingir un hallazgo mientras se construían los cimientos del nuevo templo cristiano de la Alhambra, la iglesia de Santa María, justo en el solar de la mezquita, no debía suponer demasiado engorro». Según los autores esta hipótesis resuelve la incongruencia de que tres obispos de Acci aparezcan en la inscripción como consagrantes y, en cambio, la inscripción se hallara presumiblemente en territorio de Iliberri.
En cuanto al contexto arquitectónico, la construcción de las iglesias, la redacción del texto y la ubicación de la inscripción deberían ser casi coetáneas deben postular un emplazamiento único, ya sea en el fundus de Gudiliva, ya sea en un espacio público. Si ecclesia y tabernacula son de significados distintos, supondría que la primera parte de la inscripción debería separarse de la segunda (ya en HEp 6, 1996, 587), pero, o bien se habría abusado del término ecclesiae o habría que pensar en una reorganización del espacio, es decir, tres iglesias por un lado y tres capillas «funerarias» por otro, éstas sí más o menos colindantes como sucede en Concordia Sagittaria (vid. supra). En este caso Gudiliva sería el responsable de su construcción. Pero quedaría sin resolver el problema de la ausencia de fechas de consagración. Otra hipótesis es que no exista relación entre las tres primeras iglesias y las capillas. Es decir, que la primera parte es meramente descriptiva de unos actos sucedidos independientemente de la construcción de los edificios (tabernacula) por parte de Gudiliva. Como no parece que, de entrada, se pueda pensar en que el epígrafe sea falso, sugieren una nueva hipótesis: «¿Podríamos pensar en un traslado posterior a la piedra de un texto manuscrito preexistente que refiriese las tres consagraciones; algo similar a lo que ocurre con la inscripción de San Juan de Baños y justo algo inverso a lo que ocurriría con algunos de los textos de la Anthologia Hispana que podrían ser copias manuscritas de textos grabados o pintados desaparecidos?». En este caso la placa no tendría que ser contemporánea de los hechos que describe, sino que podría haber sido grabada para conmemorar los hechos de Gudiliva a propósito de la construcción de las capillas. Si fuese así tampoco cabría preguntarse en cuál de los recintos estaba empotrada, incluso sería más fácil explicar el triple error de eclesiam. De esta manera el ejemplo vendría a sumarse a otros casos como la inscripción de Santa María de Mijangos (Burgos) o la de San Pedro de Rocas (Ourense) o San Pedro de la Nave o San Juan de Baños. También se podría justificar mejor, si no totalmente, por qué han quedado huecos sin grabar correspondientes a las fechas de consagración de las iglesias. Incluso podría pensarse que la placa se habría desechado por ser un ejemplar fallido y finalmente sólo hubiese servido como losa de pavimentación.
Isabel Velázquez: Con todo, sigo pensando que la inscripción pudo realizarse en un lugar distinto del denominado locum Nativola. En mi opinión este lugar corresponde sin duda a alguna localidad de Acci, pero el texto, precisamente por la mención explícita del lugar y la falta de deícticos al mencionar las iglesias –como ya argumenté en su día (HEp 6, 1996, 587)– son indicativos de que la inscripción se realizó o colocó en un sitio diferente a los mencionados en ella.

 OBSERVACIONES:

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