La puerta meridional del crucero de la catedral de Santiago de Compostela era el acceso a la mayor parte de los ciudadanos de Santiago y también era la puerta de difuntos, sirviendo de frente monumental al cementerio que se extendía a partir de él. Por esta razón hay un crismón con el Alfa y la Omega invertidos, dispuesto de manera emblemática sobre dos leones situados en alto. (ER A Coruña, 2013: 962).
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