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Actualmente desaparecida.
Esta capilla, propiedad y para el enterramiento de los miembros de la familia Pecha, era uno de los mejores monumentos de la iglesia de Santiago y una de las más bellas y ricas edificaciones ojivales de Guadalajara. En ella estaban encerrados, además del fundador, sus hijos (ver núms. 40, 42, 43 y 46). En el centro de la capilla, don Fernán RodrÃguez de Pecha, cuyo sepulcro tenÃa una placa de bronce muy grueso, en la cual se observaba en medio relieve un caballero armado y alrededor, en la orla, su epitafio. Encerrada junto a su padre, siguiendo sus mandas testamentarias, estaba doña MarÃa Fernández de Pecha, mujer de Pedro González de Mendoza, señor de Hita y Buitrago, como consta en su epitafio. Aunque se reservó un sepulcro para su otra hija, doña Mayor Fernández, que al final fue la heredera del patrimonio familiar y se casó con Arias González de Valdés, señor de Beleña, ésta no recibió sepultura en la capilla, ya que murió en Guadalupe. A un lado estaba encerrado el hijo menor, don Alonso de Pecha, obispo de Jaén, cuyo sepulcro se alzaba sobre un pedestal y quedaba debajo de un arco morisco; fue representado por una escultura funeraria orante que dirigÃa su mirada hacia el altar, con el epitafio en la parte de debajo. El hijo primogénito, Pedro Fernández de Pecha, fue por breve tiempo tesorero y repostero del rey pero renunció a sus cargos y derechos para tomar el hábito y es considerado el fundador de la Orden de San Jerónimo en España, siendo prior y fundador del monasterio de San Bartolomé de Lupiana (CIHM 4, 37).
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