La lápida corresponde a la consagración del templo que en 920 el conde Guisvado Braóliz y su mujer Leuvina levantan en los alrededores de la actual localidad de La Losilla, cerca de Boñar. En el 924 a la iglesia original hay que sumar la construcción de un monasterio en honor de San Adrián y Santa Natalia.
En tiempos de Sandoval la pieza se localiza "en la pared que cae al poniente, por la parte de afuera, debaxo de un pequeño campanario donde está una campana de poco más de veinte libras, que no cabe allà mayor".
Años más tarde, cuando la ve Gómez Moreno, se conserva en la casa rectoral de La Losilla. Actualmente se encuentra en paradero desconocido.
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