Tal vez pudiera haber sido utilizada antes como mesa de altar a juzgar por el pequeño receptáculo, o loculus, practicado en el canto de la lápida dedicado probablemente a contener reliquias. El campo epigráfico hace alusión a la consagración del templo a Santa MarÃa, en el año 1039 de la era cristiana, por el abad Monio, al frente de una comunidad benedictina, bajo los auspicios de Bernardo, segundo obispo de la diócesis de Palencia tras su restauración por Sancho el Mayor y del PrÃncipe GarcÃa, posiblemente el primogénito de éste. La inscripción aporta datos desconocidos hasta ahora sobre el origen de esta importante abadÃa de Husillos, ligada estrechamente a los Ansúrez, condes de Monzón, que la convertirÃan en cenobio propio y panteón familiar, y que llegarÃa a ser un importante centro de peregrinación por las valiosas reliquias que albergaba.
Adquirida por la Junta de Castilla y León en el comercio de antigüedades, el origen de la lápida permanece envuelto en circunstancias cuanto menos oscuras, aunque parece verosÃmil su hallazgo durante alguna de las restauraciones a que ha sido sometida la iglesia de Husillos en los últimos años.
Desde entonces habrÃa pasado por varios destinos hasta acabar en la casa de subastas madrileña donde fue finalmente adquirida por la Junta, ingresando en el Museo de Palencia en el año 2009, con el número de inventario 2009/4/1.
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