Fue encontrada junto con los epitafios de Kilio y de Rufina (cf. ins. 5 , 9 ). En la actualidad se ignora su paradero. El editor de este epÃgrafe, junto con el de Rufina (ins. núm. 9 ), supone por error que el monasterio al que pertenecieron estas religiosas serÃa el de Santa Eulalia de Barcelona, y a igual suposición llegó el padre Fita al publicar la inscripción de Killio, cuando, según Castejón, se tratarÃa del convento de Santa Eulalia de Mérida, debiendo estar situado el de Santa Eulalia de Barcelona en el convento de la Merced, donde se han encontrado en una excavaciones recientes una basÃlica y una pila bautismal. (González Fernández, 2016, p.45)
|