Se ignora el lugar del hallazgo del epÃgrafe, que tal vez fuese una baldosa de barro, antes de cocerlo, pero Gómez Moreno tan sólo vio vaciados en yeso, realizados por Góngora, existentes uno en el Museo de Granada y otros dos en el Museo Arqueológico Nacional y en la Real Academia de la Historia, éste último el más completo (González Fernández, 2016, 159).
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