Según Yepes (1615) el abad Pedro Martínez del monasterio de Eslonza trasladó en 1268 las reliquias de San Adrián a San Salvador y Santa María de San Adrián de las Caldas (La Losilla y San Adrián, Vegaquemada, León) desde la vecina iglesia de San Adrián y Santa Natalia (La Losilla). Relata que, en su nuevo destino, “hizo un altar en la pared de esta Iglesia, al lado del Evangelio, que es a la mano izquierda, y sobre el está una piedra sacada de la misma pared, como peana, donde se asentó alguna imagen. Entre esta peana, y el llano del altar, está dentro en la pared otra piedra, que tendrá́ de ancho un palmo en alto, y de largo media vara, en ella están estas letras: 'Aquí están los sagrados huesos de los Santos, por los cuales el Señor hizo muchos milagros, cuya traslación fue hecha por don Pedro Martínez Abad, con gran devoción a veinte y cinco de Junio, año mil y doscientos y sesenta y ocho'.
En 1950 Aurelio Calvo indicaba que, aunque ya había desaparecido el arca de piedra, la cubierta con la inscripción en el borde se hallaba 'en el suelo, frente a la puerta de entrada, sirviendo de asiento'. La Enciclopedia del Románico la da por desaparecida. Sin embargo, entre los materiales reutilizados formando un banco adosado al muro norte de la nave, muy removidos, se ubica una losa rectangular donde es perfectamente legible el epitaphium sepulcrale estudiado. En un momento incierto del siglo XVII, cuando se acometió a la renovación moderna del edificio, la cabecera fue derruida íntegramente. Ello provocó el desmonte no sólo del altar donde se ubicaba la translatio, sino del arcosolium con el relicario de piedra, cuyas piezas fueron a parar al banco citado. (Morais Morán, 2017: 15-16).
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