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La pieza fue encontrada en una escombrera de las Tenerías, aunque debía proceder de la basílica de Santa Eulalia. Posiblemente se destruyó en época árabe (CICME 32).
Se conserva en el MNAR con el número de inventario 9997 (CICME 32).
Ingresó en esta institución en julio de 1967 por donación de Manuel León, vecino de Mérida y maestro nacional de San Pedro de Mérida, a través del presbítero Vicente Navarro del Castillo (Álvarez Sáenz de Buruaga 1970: 205-207).
Álvarez Sáenz de Buruaga restituye [Fide]lis porque opina que es el epitafio de un obispo emeritense, cuyo nombre termina en Lis. Podría ser Martialis, pero el formulario y la paleografía no concuerdan con su cronología. Añade que la posición de las letras justo antes de la palabra “episcopus” respaldan esta teoría (Álvarez Sáenz de Buruaga 1970: 205-207).
El obispo Fidel fue enterrado en la basílica de Santa Eulalia. Al ocupar la inscripción la parte baja puede suponerse que encima estaba Paulo, su predecesor (CICME 32).
El nombre Fidelis no es muy corriente en la onomástica cristiana. El obispo Fidelis procedía de África (Ramírez Sádaba 1999: 437).
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