El texto parece indicar una especie de mensaje que anuncia a Gisco la llegada de Gieno. Tanto Giscus como Gienus, cognomina indígenas, son hápax. Por el formulario y el nombre del dedicante se fecharía en el siglo I d.C.
[Un documento interesante por mostrar la clase de materiales de fortuna empleados para escribir en la Antigüedad; fuera de esa obviedad, todo lo demás es menos claro. La transcripción posiblemente más correcta de la palabra final de lin. 3 sería spctat y no me parece seguro leer la última letra del segundo rótulo como I, descartando la T. Discrepo con los editores en la interpretación del documento: ellos parecen aceptar la hipótesis previa de que se trata de una especie de mensaje en el que alguien anunciaba a otro la llegada de un tercero; aunque sólo parece haber una sola mano en la pizarra, ni la gramática ni la paginación ni el contenido del documento avalan que se trate de una epistula, sino de tres letreros independientes y que fueron eventualmente tachados, uno de ellos vigorosamente. En primer lugar, Gisco no es el dativo de un hipotético Giscus, sino el nominativo de un nombre personal de origen púnico suficientemente atestiguado en Liv. 21,51 et passim; luego, las dos primeras palabras carecen de un nexo gramatical entre ellas y con la única frase inteligible de documento, que forma la tercera lín.; y por último, el reparto del texto en tres lín. y cada una con un sangrado distinto, un artificio gráfico que subraya la independencia de cada rótulo.
En mi opinión, pues, la pizarra no contiene un único mensaje sino anotaciones ocasionales, seguramente pro memoria. Sin duda alguna, los editores se hubieran beneficiado del conocimiento de otras pizarras encontradas también en las bocaminas de diversas explotaciones de Villanueva del Duque y Niebla y que fueron reseñadas en su momento en HEp 7, 297-313 y 352 (de las de Niebla sólo se da noticia de su hallazgo, pero una de las piezas fue publicada por J. G ARCÍA ROMERO (1998, 213) y el conjunto completo ha sido estudiado recientemente por H. Gimeno Pascual – A. U. Stylow (2007, 185-191); como sucede con la pieza que comentamos, se trata de breves y, con frecuencia, fragmentarios letreros no fácilmente inteligibles. Además, en diversos lugares de la provincia de Cáceres han aparecido pizarras inscritas (I.
VELÁZQUEZ, 2004, 34-36), de las que una, la opistógrafa aparecida en El Barrado (HEp 10, 2000, 115), contiene una verdadera epistula; la otra, de Aldeanueva del Camino (HEp 10, 2000, 114), conserva solo una subscriptio. Si la pizarra que nos ocupa puede datarse por el tipo de letra a partir de los s. II-III y los otros documentos se fechan entre los siglos VI y el IX, es evidente que el recurso a la pizarra como material de escritura no fue algo ocasional sino una tradición persistente y extendida. J.G.-P.]HEp 13, 226
|