Hay aquà un signo de la cruz, inconfundible con la T uncial que aparece también en la inscripción, lo cual nos indica evidentemente que hay que empezar a leer y buscar el sentido a partir de esa cruz, enfrente de la cual estaba el mango de la patena. Y entonces vemos que lo primero que se nos ofrece es una A. segu:da de una T que lleva un doble travesaño de tipo uncial. Dato éste importantÃsimo, porque nos induce a descartar ya la idea de un crismón y atisbar un significado distinto para esa doble TT . La tercera letra es una F indiscutida; pero la que le sigue no es una simple N, sino el grupo AN, de modo que a partir de aquà tenemos que leer ANTRVDIE (Ares Vázquez 1983: 209-212).
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