Piedra arenisca clara fragmentada en sus cuatro lados, sin apenas afectar al texto epigráfico, salvo en el comienzo de la lÃnea 1. La piedra se encuentra muy erosionada, por lo que algunas letras se han perdido. No existe delimitación del campo epigráfico (CILA 7, 587). Destaca la fórmula cum Iudam traditorem anathema ad ignum destinada a evitar la violación de la tumba (De Santiago, 2020, 281).
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