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Pizarra de tono grisáceo y algo pulida en su cara anterior y más ocre y desigual en la posterior. Los restos de pintura blanca se hallan incrustados en algunas zonas; sin embargo, se aprecia muy poca escritura. No parece que se conserve nada escrito en el reverso, tal vez puedan leerse los nexos li y di, pero quizá solo sean rayas fortuitas.
Lo conservado tiene una suscripciones de un documento cuyo tenor desconocemos. Tal vez en la primera línea queden huellas del nombre del rey Wamba. El tipo de letra muestra unas características de mayor cursividad y presencia de nexos que permiten datarlo en el último cuarto del siglo VII, frente a otras piezas más primitivas.
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