Pieza opistógrafa rota antiguamente en dos fragmentos, pegados en la actualidad. La cara anterior es de color grisáceo, con restos de óxido y de pintura blanca incrustada, que no debe tratar de limpiarse más, por riesgo a un mayor deterioro de la superficie; presenta abombamientos y está raspada, dificultándose la lectura. La cara posterior es de tono ocre, más uniforme; también deteriorada, pero más legible, sobre todo en los trazos marcados con incisión más profunda; en cambio, otros son tan débiles que apenas se distinguen.
|