Friso epigráfico que alcanza 1´30 metros en sentido longitudinal y 0,80 metros en sentido vertical. Estado de conservación es bastante deficiente, apreciándose restos de intentos de vaciados realizados por investigadores.
La pared del testero fue alisada, tras los trabajos que condujeron a la apertura de la cavidad, por un instrumento de huella plana y ancha que dejó la superficie de la roca en situación adecuada para recibir epÃgrafes (Azkarate 1988: 388-405).
Muy próximo al fragmento anterior, existe otra inscripción ordenada en seis breves lÃneas y ejecutada con una incisión imperceptible a simple vista. Su identificación exige -al igual que en otros fragmentos de este mismo friso- especiales condiciones de iluminación y paciencia.
La longitud de los renglones es muy desigual (lº = 3,5 cm.; 2º = 3,6 cm.; 3º = 4,1 cm.; 4º = 3 cm.; 5º = 4,6 cm.; 6º = 5 cm.) (Azkarate 1988: 6-G/15).
Analizadas las expresiones y formulismos utilizados, el uso de orate otorga un sentido y valor de la oración ritual y colectiva, vinculado a la expresión neotestamentaria vigilate et orate. Con el uso de la expresión pro me se constata la tendencia hacia el individualismo que va extendiéndose mediante la práctica de una escritura cada vez más cotidiana. También se puede ver claramente el uso de lector, sustituido en los epÃgrafes medievales del clásico viator, que tiene valor como elemento de petición de atención hacia el lector. Por último, la fórmula final de sic dominum ab eatis adiutorem se muestra como hortationes que ofrecen una recompensa y remata la fórmula de petición de oración. Esta última fórmula de despedida se vuelve común en la Alta Edad Media (Muñoz GarcÃa de Iturrospe 2018: 638-645)
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