Sobre el sepulcro aparece de nuevo un báculo abacial y, en el interior, el mismo texto de invocación al Agnus Dei. Como vemos, sigue el esquema compositivo de su antecesora (cfr. AEHTAM 3253). De esta forma, se consigue dar un sentimiento de unidad y pertenencia
al colectivo. Doña Juana fue abadesa de Cañas desde el año 1332 hasta el dÃa 20 de junio de 1344, fecha en la que se produjo su fallecimiento. Es de notar el uso de la datación por santoral y, en concreto, la alusión al culto de las Once mil VÃrgenes que estaba muy extendido en la Orden Cisterciense. El texto está acompañado, al igual que en el epitafio anterior, por un friso que recorre el monumento con las armas nobiliarias de la difunta: un escudo con cuatro fajas de veros y otro con una caldera. Es hija de Lope Pérez de Torquemada y de Aldonza (Pereira 2015, 423).
|