Archivo Epigráfico de Hispania Tardoantigua y Medieval (AEHTAM)

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 YACIMIENTO:  MUNICIPIO:
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 DEPÓSITO,N.INV.  OBJETO:   TIPO YAC.:

 

 
Generalidades Texto EPIGRAFÍA Y
PALEOGRAFÍA
Ilustraciones Contexto
Arqueológico
Bibliografía
 FUENTE LEC.: SEPARADORES:

Nº TEXTOS:  LENGUA:    SIGNARIO:

 METROLOGÍA:

 OBSERVACIONES EPIGRÁFICAS:    

Placa de piedra arenisca, que se halló rota en once partes, conservada casi completa salvo algunos fragmentos y las lagunas en algunas letras por el deterioro de los bordes de aquellos: faltan el ángulo superior izquierdo, que afecta al comienzo de las lín.1-2, una parte importante de la zona alta en la mitad de la pieza, que impide la lectura completa de las lín.1-3, y un fragmento en el borde inferior derecho, que incide en la comprensión del renglón final; hay por último dos lagunas en diagonal y una vertical en el área izquierda. El campo epigráfico está perfectamente delimitado por los cuatro lados, por lo que no falta ninguna línea completa en las partes superior e inferior y se conservan los márgenes originales a izquierda y derecha. La inscripción se ha grabado con esmero, después de haberse trazado las líneas que señalan la caja del renglón, respetadas con bastante cuidado.
El lateral derecho de la lápida muestra huellas rugosas horizontales; el reverso en cambio está alisado, aunque su superficie no es plana.
La composición está versificada a excepción de la última línea: el poema no es reductible a hexámetros cuantitativos, pero tampoco presenta simplemente un conjunto de hexámetros mal construidos, sino que obedece a un sistema que preconiza la poesía rítmica medieval, en un intento de crear nuevas composiciones en verso. Los poetas de la Antigüedad tardía buscaban preferentemente el uso del hexámetro aprendido en la escuela como estructura métrica para crear el poema, pero debían tratar al mismo tiempo de producir versos reconocibles como tales a los lectores u oyentes de los mismos, mediante unas marcas de ritmos y una sucesión de intervalos al margen de la cantidad, que había sido suplantada por el valor fonológico del acento y la distribución de sílabas tónicas y átonas. En este tipo de verso se percibiría como característica rítmica en primer lugar la cláusula final más o menos fija de 3+2 ó 2+3 sílabas, con una coincidencia del tiempo marcado o acento, frente a una clara discordancia entre ambos en las posiciones interiores del verso. Los versos quedan divididos en dos partes, más corta la primera, y en ambas se muestran con regularidad dos y tres palabras respectivamente de contenido léxico pleno, incluidos los monosílabos; hay también una tendencia marcada a la presencia de una unidad de sentido por verso. La inversión del orden habitual en diluat ut [cul]pas (v. 4) responde al deseo de regularidad acentual. En el v. 5 podría entenderse que hay una sinalefa en córpor(a) emàculáta, pero dada la tendencia de la poesía coetánea al mantenimiento del hiato es preferible mantener éste y pensar en una pronunciación emac’lata, con síncopa de la vocal pretónica (córpora emàclatá). El v. 8 presenta una cesura en enclisis en leporisXque. En cuanto al contenido, la última línea (11) hace referencia a la construcción de una iglesia; parece indudable que en la laguna anterior a fecit se hallaba el nombre del dedicante de ésta. Resulta extraño –aunque no insólito- que esta frase esté ubicada en el final del texto y no al comienzo, y que vaya precedida por una crux, que sería esperable en el inicio absoluto del texto. En el conjunto y al margen de esta línea el texto es una oración. El autor realiza un carmen melodum, como él mismo lo califica, con un cierto aire hímnico y una exposición de los fines a conseguir: suplicantes ante Cristo, éste ha de perdonar los pecados, conservar a los que entran en el templo puros y ahuyentar de ellos al demonio –la «abominable serpiente»- y mantenerlos apartados de las tentaciones mundanas. Puede sugerirse la siguiente estructura del texto: - Referencia a la entrada en el templo (v. 1), - oración propiamente dicha (vv. 2-10) y – constatación de la construcción de la iglesia (lín. 11). La oración parece dirigirse a una comunidad monacal o similar, puesto que se pide rechazar totalmente la seducción de los gozos de la vida, la riqueza, el deseo de lo material e incluso la práctica de la charla, lo que expone la busqueda de una vida ascética. No se han hallado paralelos exactos que convengan al texto, salvo alguna expresión como penetralia mentis (en Paulino de Nola y Próspero de Aquitania), diluat culpas (en el Missale mixtum) y vana garrulitas (Eustachio). Sin embargo el mensaje de la oración evoca de un modo genérico los defectos y las tentaciones a las que está expuesto el monje por la incitación del diablo, contrarias a los votos de castidad, pobreza y silencio que deben observar en su regla. Casi podría decirse que el texto es una síntesis poética del capítulo tercero de la Regula de Isidoro de Sevilla. Cabe pensar que, si la propuesta de lectura es correcta, la primera línea contiene la clave del texto. La referencia a la entrada del templo (hunc aditum...templi) puede relacionarse con la lín. 10 glorificate por(r)tas vos immisi spo(n)te pare(n)tes: el texto iría dirigido a quienes entran en el recinto y la expresión sponte parentes sugiere más bien una permanencia indefinida que una simple visita, sin negar que los lectores del epígrafe pudieran ser más numerosos, habitantes o visitantes letrados de la zona. La última línea ofrece la definición objetiva de la pieza, la conmemoración de la construcción de la iglesia. El verbo facere, junto a otros como fundare, erigere, construere o perficere, se utiliza en otras inscripciones para conmemorar la construcción de templos o partes de ellos; en este tipo epigráfico figura también habitualmente el nombre del promotor, ya sean laicos nobles, miembros de la realeza o eclesiásticos, por lo general obispos y abades. Aunque suele darse, en este tipo de epígrafes tampoco figura necesariamente la fecha de construcción. Cabe pensar que esta inscripción conmemorativa estuviera situada en una pared de la iglesia, quizás en el acceso a las dependencias contiguas o en la fachada misma de la iglesia. Guarda en ello paralelismos con otras inscripciones que se hallaban situadas a la puerta de los templos, algunas de ellas también con la invitación a los fieles para que entren: la inscripción de Martos (ICERV 338), ubicada a la entrada de una iglesia, la de Evora (ICERV 340) con una exhortación similar, que se hallaría bajo una cruz, acaso en la fachada de la iglesia, o la de Mérida (ICERV 348) que quizás coronaba la puerto del templo en el xenodochium fundado por el obispo Masona, cuyo texto invoca a la mártir Eulalia para que tome posesión del edificio y presenta el deseo de que el diablo se aleje. La realidad material del epígrafe y su función conmemorativa de una construcción corrobora un hecho bien conocido por las fuentes de época visigoda: la constatación de la actividad edilicia en la Hispania visigoda, en la que ocupa un lugar particular al fundación y construcción de iglesias, basílicas y monasterios. Aún cuando la mención de esta actividad constructiva en los elogios fúnebres, sobre todo de obispos y abades, pueda tener algo de tópico literario, estas alusiones literarias aparecen corroboradas en esta inscripción y en su propio contexto arqueológico.
Comentario de Isabel Velázquez en HEp 11, 577: Recientemente el Prof. Javier del Hoyo y quien esto firma hemos llevado a cabo una revisión del texto, cuya lectura provisional hemos presentado en el Catálogo de la Exposición titulada «En la pizarra. Los últimos hispanorromanos de la Meseta», 2005a, sobre las pizarras escritas de época y su ambiente cultural. Aunque dicha exposición ha tenido una primera sede en León, volverá a presentarse en el próximo año en otras sedes, momento en que dicho Catálogo se distribuirá, ya que, aunque publicado, aún no se ha difundido. En la ficha catalográfica correspondiente a esta inscripción hemos ofrecido una nueva lectura que, además de completar algunas letras, antes propuestas entre corchetes y ahora más visibles (tras haberse realizado una limpieza y restauración de la pieza), ofrece una nueva lectura provisional sobre la penúltima línea que quizá es menos satisfactoria desde el punto de vista del contenido, pero también adelanta los problemas que ofrece la lectura e interpretación correcta. Me limito a transcribir aquí esa línea, a expensas de volver a verla pieza, ahora que esta reconstruida, tratando de aclarar el final de la misma, realmente conflictivo: glorific[ate] po(r?)tas vos imnis po(n)e pare(n)tes (HEp 11, 577).

 OBSERVACIONES PALEOGRÁFICAS:  

El tipo de letra es propio de las postrimerías de la época visigoda, lo que corrobora la representación de nexos y abreviaturas. Algunas de las letras no se conservan completas pero se han reproducido ya que no ofrecen dudas de restitución. En [ob]lectatio (lín. 8) los escasos trazos conservados de las letras conservadas entre corchetes -sobre todo de la posible B- aconsejan la restitución de este término, aunque también podría ser delectatio, más frecuente. Ofrecen serias dudas los trazos conservados delante de la última palabra del texto, fecit (lín. 11): el inicio de la secuencia un+[c.3]do parece VN en nexo, y los restos de N resultan bastante seguros; es más insegura la presencia detrás de otra V, después hay varias letras perdidas debido a la rotura, tres aproximadamente; hay por último un signo interpretado como DO con la O embutida y anexada al trazo vertical de la D, pero podría tratarse también de un nexo LA o BA. En la lín. 10 hay una abreviatura que resulta extraña o irregular en po(r?)tas: la O lleva una marca de abreviación y aunque la P inicial no se ve bien portas es la única opción real de lectura: quizás se haya recurrido a esta marca en la O para notar en realidad un olvido, de modo que hubiera que proponer una lectura potas (HEp 11, 577).


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