La inscripción está esculpida en dos lápidas de mármol blanco sobrepuestas y encuadradas por una voluminosa moldura de granito. La lápida presenta una curiosa composición: en el centro, ocupando la mitad inferior, un escudo de punta o espiga, con el campo central ocupado por cinco escudetes dispuestos en cruz. Cada escudete está recargado por cinco roeles. No obstante, aquà está la originalidad de esta pieza: la bordadura de los castillos no se colocó bordeando el escudo, sino orientados hacia los lados de la lápida. Asà el borde de castillos sobrepasa y contorna igualmente el campo epigráfico (EMP 656).
|