En esta ocasión la escritura en mayúscula es eminentemente esquemática, no hay ningún signo de ornato y los trazos son los mÃnimos posibles para logar que se lea correctamente el texto. Vuelve a primar, por tanto, ese carácter espontáneo y apresurado que acompaña a muchos grafitos, acompañado de nuevo por la incapacidad de escribir en lÃnea recta. El escriba, en definitiva, no se mostró especialmente cuidadoso en su labor.
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