Las letras de la inscripción presentan las caracterÃsticas propias de la escritura mozárabe, asÃ, por ejemplo, la A tiene el ápice recto, los ojos de la R y B son abiertos y muy alejados entre sÃ, los trazos de la V están ligeramente curvados, la T cierra su lÃnea horizontal con una pequeña espiral, y, sobre todo, las letras de tamaño normal se mezclan frecuentemente con otras más pequeñas, e incluso se superponen en el final de IVLII.
El vocablo AERE muestra, por un lado, monoptongación de ae en e y, por otro, ultracorrección de e en ae. (González Fernández, 2016, 179)
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