Archivo Epigráfico de Hispania Tardoantigua y Medieval (AEHTAM)

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Generalidades Texto EPIGRAFÍA Y
PALEOGRAFÍA
Ilustraciones Contexto
Arqueológico
Bibliografía
 FUENTE LEC.: SEPARADORES:

Nº TEXTOS:  LENGUA:    SIGNARIO:

 METROLOGÍA:

 OBSERVACIONES EPIGRÁFICAS:    

Realizada con un ductus sentado y una evidente regularidad modular en cada una de las grafías. El sistema braquigráfico se caracteriza por un ausente uso de signos generales de abreviación, exceptuándose el único caso localizado en la preposición “un†donde podemos observar un punto de forma romboidal sobre la U. Los tipos de abreviatura más frecuentes son la contracción, omitiendo generalmente una letra del interior de la palabra, y la abreviación por suspensión. Resulta mucho más común el empleo de letras nexadas, apareciendo de forma mayoritaria la unión de una vocal, A o E, con una consonante N, M, V o R, aunque destaca el singular nexo de las letras R y P en la palabra cuerpo. Todavía más frecuente es el uso de letras insertas, con muy diversas combinaciones, siempre en grafías con ojo que lo permiten, a saber P, O, D y Q, y bajo los brazos de la M. De todas las combinaciones existentes destaca la doble inserción ejecutada en la palabra vestimos, donde bajo la M aparece inserta una O con una S también inserta en su interior. El frecuente uso de estas técnicas, que reflejan un gran nivel de profesionalización del trabajo epigráfico, responde a una evidente intención decorativa. En lo que respecta a las interpunciones, vemos que estas aparecen de forma arbitraria y sin responder a ninguna lógica aparente, tanto en su uso como en su forma de ejecución. Se alternan de manera aleatoria la interpunción en forma de dos puntos verticales y la de tres puntos ordenados también verticalmente.

En algunas zonas la piedra presenta una significativa erosión, fruto de su exposición a los agentes ambientales.

Fernández Martínez (2018, p.19-20)

 OBSERVACIONES PALEOGRÁFICAS:  

La inscripción se encuentra ejecutada en escritura prehumanística, un alfabeto mayúsculo de carácter híbrido y artificial, resultado de la mezcla de grafías pertenecientes a otros ciclos gráficos, propias en este caso de los sistemas gótico y carolino.

A: Podemos observar en la inscripción tres modelos de letra A. Uno ejecutado mediante tres trazos, dos verticales que se cruzan en ángulo agudo y cortados por un tercero horizontal, respondiendo al modelo de A capital propio de la escritura humanística. Los otros dos modelos se ejecutan mediante cuatro trazos y se diferencian fundamentalmente en la ejecución del trazo horizontal superior, una lo presenta extendido únicamente hacia la izquierda (ej. “amigosâ€), mientras que en la otra aparece centralizado y extendiéndose hacia ambos lados (ej. “estamosâ€).

B: Presenta una de las ejecuciones más singulares de la inscripción. Aparece con un único bucle que casi cierra un trazo vertical que aparece culminado por un tercer trazo horizontal. Podemos asociarla a una B minúscula agrandada, así como a la Б cirílica de idéntica ejecución.

C: Encontramos una única ejecución de esta grafía, realizada mediante una curva muy poco pronunciada y con un único trazo.

D: Vemos una evidente inspiración en los modelos de D visigótica en la ejecución de esta letra, con una clara tendencia angulosa. Realizada mediante un trazo vertical que se cierra con una curva de marcada angulosidad por la parte inferior, aunque no tan acusada como en las inscripciones visigóticas. Es destacable como en los ejemplos con otra grafía inserta en su interior la curva no presenta la angulosidad a la que referimos, ejecutándose mediante una curva muy pronunciada que, en algunos casos, no une por los extremos del trazo vertical, sobresaliendo estos a modo de remate.

E: Podemos observar dos modelos de ejecución bien diferenciados. El primero, la típica E capital angulosa ejecutada mediante cuatro trazos, con una relación modular de clara tendencia a la verticalidad. El segundo responde al modelo de E uncial, ejecutada mediante una curva completada con un trazo horizontal en el centro (ej. “enâ€).

G: Realizada mediante un único trazo curvo que cierra en bucle sobre sí mismo, a modo de espiral, respondiendo al modelo de G gótica mayúscula.

I: Representada mediante un único trazo vertical, sin desarrollar remates en la parte superior o inferior.

L: Muy similar al modelo clásico de L, aunque con el trazo horizontal inferior muy poco desarrollado.

M: Junto con la A es la grafía que más formas presenta. Podemos encontrar un modelo de M capital, con los dos trazos externos completamente verticales y paralelos, y dos trazos centrales con un vértice de unión en la mitad superior de la letra. Observamos que este modelo de M, cuando es ejecutada con letras insertas (ej. “amigosâ€), presenta los trazos externos inclinados de forma significativa. Aparece otro modelo de M que desarrolla un quinto trazo en el vértice de unión de los trazos centrales que se prolonga de forma horizontal.

N: Ejecutada con el modelo de N capital, mediante dos trazos verticales, unidos por un tercero diagonal desde el extremo superior del trazo izquierdo hasta el extremo inferior del trazo derecho.

O: Presenta dos formas. La primera responde al modelo de O capital, completamente circular y ejecutada de forma perfecta mediante un único trazo. La segunda a un modelo extraído del alfabeto carolino, denominada comúnmente como O arriñonada, formada por la unión de dos panzas, la superior ligeramente más pequeña que la inferior, a modo de 8, pero sin llegar a cerrarse en la parte central (ej. “estosâ€).

P: Presenta una singular ejecución, formada por un trazo vertical y un segundo trazo curvo que abre por debajo del extremo superior y cierra cerca del extremo inferior, por debajo del centro del mismo. Destaca un tercer trazo a modo de remate que se prolonga de forma horizontal desde el extremo inferior.

Q: Ejecutada de un solo trazo a modo de espiral, como una G invertida, imitando el modelo de Q gótica mayúscula.

R: Formada por tres trazos, uno vertical que une por su extremo superior con un trazo curvo reducido que, a su vez, enlaza con el tercer trazo diagonal. Responde al modelo de R gótica mayúscula, cuyo ojo ejecutado en la mitad superior de la letra, no llega a cerrar sobre el trazo vertical.

S: Podemos encontrar dos modelos, la S típicamente gótica, cuyos dos arcos son completados por dos trazos verticales a modo de remate (ej. “vestidoâ€), y una S ejecutada de un solo trazo con doble curva más o menos acentuada, con variaciones debidas a la espontaneidad de su ejecución.

T: Presenta un esquema similar a la T capital, pero con el trazo horizontal superior notablemente reducido en sus dimensiones, siendo además el único elemento que la diferencia de la I.

V: Responde al modelo típico de la V capital, ejecutada mediante dos trazos rectos diagonales que convergen en sus extremos inferiores. Resulta singular un ejemplo que encontramos en la palabra “unâ€, el cual presenta una especie de remate mediante un trazo horizontal que se prolonga hacia la derecha desde el vértice de unión que puede responder a una medida ornamental o, al tratarse de un único caso aislado, a un error de la fase de la translitteratio que ha sido trasladado a la ejecución final por el lapicida (algo que no resultaría descabellado al responder de forma similar a la técnica empleada para nexar V y E).

Fernández Martínez (2018, p. 20-23)


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