FUENTE LEC.:
SEPARADORES:
Nº TEXTOS:
LENGUA:
SIGNARIO:
METROLOGÍA:
OBSERVACIONES
EPIGRÁFICAS:
La pieza en cuestión es un bloque de forma paralelepipédica de piedra arenisca local de 38 × 61 × 48 cm, ligeramente irregular en su cara superior y con diferentes golpes y desconchados en las caras laterales y anterior. Todas las caras han sido trabajadas y desbastadas a buril. La cara anterior, que contiene la inscripción, debió de presentar un campo epigráfico notablemente rebajado, de cuyo reborde solo quedan restos en la parte inferior derecha. Esta cara ha sufrido diversas pérdidas de material en sus bordes y desconchados en los ángulos superior izquierdo, superior derecho e inferior izquierdo, con grados diferentes de afectación al texto. En todo caso, es indudable que tales daños fueron producidos en época antigua, porque las superficies desconchadas han sufrido después una evidente erosión y están cubiertas por concreciones y una capa de lÃquenes que sin duda delatan una prolongada exposición a la humedad ambiental. (Velaza FrÃas 2012, p. 281).
Los principales problemas de lectura se producen en las partes dañadas de la superficie de escritura. En la l. 1 se ha perdido el comienzo, en una extensión que permitirÃa el grabado de dos o tres letras; la primera letra visible, aunque incompleta, es una E y a partir de ahà todo es perfectamente legible con la excepción del último signo. De él se conserva un trazo diagonal y ligeramente curvado hacia arriba, cruzado hacia su mitad por otro trazo de forma también semicurvada. Dadas las caracterÃsticas de la escritura capital empleada, los restos del trazo no pueden coincidir con ningún otro signo alfabético, de modo que es verosÃmil que se trate de un signo de puntuación más o menos similar al que cierra la lÃnea 3. En la lÃnea 2 se ha perdido también el inicio, en un número de signos que podrÃa oscilar entre uno y dos. Lo primero que se percibe es un mÃnimo resto del pie de un trazo vertical, después la mitad inferior de otro trazo vertical y finalmente las tres cuartas partes inferiores de un tercer trazo vertical. Es muy difÃcil determinar si los dos últimos trazos descritos componen una única letra —tal vez una N—, porque, como se verá más adelante, tampoco el sentido de la secuencia ayuda a la restitución. Por fin, en lÃnea 3 solo los dos primeros signos se han visto afectados en su parte inferior por el desgaste de la piedra, pero en esta ocasión el contexto permite confirmar su lectura sin mayores problemas. (Velaza FrÃas (2012, p. 282).
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OBSERVACIONES
PALEOGRÁFICAS:
El texto de la inscripción ocupa la cara anterior y ha sido grabado en tres lÃneas notablemente bien dispuestas, por más que la primera muestre una cierta inclinación hacia abajo a partir de su mitad y la tercera un cierto decrecimiento de sus signos. Las letras son capitales —véase más abajo el estudio paleográfico—, con un módulo medio de de 7 cm. Todas ellas han sido grabadas mediante una incisión de buena calidad, están provistas de remates y al final de la lÃnea 3 —y, probablemente, también de la 1, se han grabado signos de puntuación ornamentales—.
Mención aparte merecen las dos interpunciones que se advierten en el texto. La primera, al final de l. 1, no se puede ver completamente a causa de la erosión de la piedra en ese punto, pero probablemente tenÃa una forma semejante a la segunda, la que aparece al final absoluto del texto. En este caso se trata de un trazo curvilÃneo en forma de S alargada que es cruzada en su parte central por tres trazos cortos y ligeramente curvados (Fig. 3). No conocemos paralelos epigráficos para tal elemento de puntuación ornamental, pero sà que existen formas similares en manuscritos datables a partir del siglo X, lo que, como se verá, puede constituir también un indicio significativo en la interpretación del epÃgrafe. (Velaza FrÃas (2012, p. 282 y 283).
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