El campo epigrafico se realizó sobre un afloramiento de granito. El mal estado del soporte, al igual que su forma natural, dificultan la caracterización exacta del texto. A través de la observación directa del soporte, es posible ver que el trazado y las dimensiones de las letras son muy irregulares y que el texto se distribuye por todo el campo epigrafico, que acompaña a las lineas curvas del soporte (CIPTP 2).
El epÃgrafe se dispone en nueve renglones de desigual longitud, que han sido grabados sobre una roca de mediano tamaño. La altura de las letras oscila entre los siete y los diez centÃmetros y su forma entre la capital cuadrada y la cursiva tardÃa, evidente est última sobre todo en las R, P y D (CIRUNO, 9).
El sÃmbolo que antecede al nombre del cónsul es de difÃcil interpretación. Según CIRUNO los únicos paralelos existentes parecen cristianos y derivados del nombre griego de Jesús, que podrÃan explicar tanto el anagrama de la primera lÃnea como el de la última. El primero cuenta con parecidos de un epitafio griego del cementerio de Priscila, en Roma, y el segundo con fórmulas análogas en una necrópolis cristiana de Crime, en donde, para designar a Jesús se emplea la grafÃa I I-[o, bastante similar a la de nuestro epÃgrafe (CIRUNO, 9).
Por otra parte, la terminologÃa empleada para designar este supuesto edificio cristiano no es la acostumbrada en los ambientes eclesiásticos de la época, como puede deducirse de la lectura de las actas de los concilios en los que frecuentemenente aparecen los términos ecclesia, templum, basilica, oratorium, aula, domus ecclesiae, pero nunca aedes, que parece retrotraernos a épocas anteriores y de ambientes exclusivamente paganos (CIRUNO, 9).
Sobre el posible del emperador Anastasio sólo cabe decir que dichos monogramas, auténticos criptogramas a veces, empiezan a ser muy frecuentes en el imperio bizantino a partir de los lustros finales de la quinta centuria, comociéndose varios, de variadas formas, tanto de Anastasio mismo como de Justiniano. En todo caso, Viator es cónsul único para occidente en 495 d.C. y es lógico que Anastasio lo fuese para Oriente por estas mismas datas (Rodriguez Colmenero, 1997: 694).
Sorprende también el indigenismo acendrado, tanto del cognomen del deciante como el de referencia de su filiación. Caturo es nombre bastante frecuente, como antropónimo, dentro del ámbito de Gallaecia, y no infrecuente en áreas más meridionales. Arrenus, Arenus o Areinus es suficientemente conocido en Lusitania y áreas diversas de la submeseta norte. No parece tratarse de un dominus cristiano poseedor de un gran latifundio que busca edificar un pequeño templo para los servicios religiosos de sus coloni, como era frecuente a la sazón, sino, más bien, de un nucleo habitado, no sabemos de que tamaño, que goza de una relativa autonomÃa, tal vez (Rodriguez Colmenero, 1997: 695).
|