Oh tú, que miras esta obra sepulcral, entiende que es el lugar donde reposa Eulalio, clérigo confesor. Con todo, si alguien quisiere de hecho y de verdad inquietar este monumento mÃo, sea herido con el rayo del anatema, infestado de lepra como Giezi, gócese con ella; haya la suerte de Judas el traidor, y no tenga entrada en la iglesia; y apartado de la comunión santa sea consorte del diablo y sus ángeles en el daño de los suplicios eternos!
Traducción dada por Fita 1897: 497
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