Sobre la primera inscripción, Montaner Frutos et ali (2018) apuntan que "la expresión reliquie de corpus [sic pro corpore] Domini, además de la anomalÃa gramatical (desde la norma clásica), puede suscitar dudas de sentido, que se aclaran al conocer la costumbre de emplear hostias consagradas en esta clase de relicarios de consagración. En cuanto a las de sepulcro Domini, serán partÃculas de roca, presuntamente provenientes del Santo Sepulcro de Jerusalén" (p. 91).
Acerca de la segunda inscripción, cabe suponer que la mano es la misma que la de la primera. Por otro lado, la santa aludida es santa Columba de Sens, virgen y mártir del siglo III, pero es posible que su culto confluyera con el de santa Columba, muerta en el 853, una de los mártires de Córdoba (Montaner Frutos et ali, 2018, 92).
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