El obispo Froilán regentó la sede de Oviedo desde 1036 a 1073, cuando renunció a la sede para retirarse al convento de San Juan de Corias. Pero a pesar de su retiro, está atestiguada la presencia de Froilan en Oviedo, en calidad de obispo dimisionario en los documentos de San Vicente. Hasta la aparición de la lápida, se pensaba que el obispo estaba enterrado en Corias, en el claustro del monasterio.
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