Bella tyranorum spernes vim fregit eorum / hic charis charus fuit hostibus hostis amarus / sudoris meta fuit huic suprema dieta / hunc rea mors rapuit quae cncta ministrat inique / qua mala multa luit humanus cursus ubique / caelos ingreditur Martinum comitatus / iamque coronatus caeleste sede potitur / regnat cum Christo cum quo sine fine beatus / dives honoratur mundo peregrinus in isto / laus tibi sit Christe quia vixit taliter iste / quod collaudari meruit caelesque locari / eraque millena trigena tricena novena / hic iacet inclusus cum praesule praesulis usus

Lectura dada por IMA 10.

Menospreciando las guerras de los tiranos, quebrantó su poder. Este amigo de los amigos fue pertinaz enemigo de los enemigos; tuvo por meta suprema la vida de trabajo, Lo arrebató la cruel muerte, que lo reparte todo injustamente y con la que, doquiera, el curso de la vida expía sus muchas faltas. Siguiendo a Martín, entró en los cielos y se asienta coronado en la mansión celestial. Reina con Cristo, con quien, siempre dichoso, se honra enriquecido el peregrino de este mundo. Alabanza a ti, Cristo, pues su vida fue tal que mereció toda alabanza y ser llevado al cielo, en la era de mil trescientos treinta y nueve (1301 d.C). Aquí yace enterrado, con un prelado el ritual prelado.

Traducción dada por IMA 10.

En la copia del texto que transmitió Tirso de Avilés, no se menciona el nombre del prelado, pero por alusiones a la lucha con el tirano y la muerte en 1301, IMA 10 indica que se trataría del obispo Fernando Alfonso Pérez. Antes de ser obispo fue deán de Oviedo, tiempo durante el que sufrió un incidente con el alcalde de la ciudad, Alfonso Nicolás, manteniendo un pleito con el alcalde que no terminó hasta después de la muerte del obispo. Se atribuye el epitafio al obispo Fernando Alfonso Peláez, que rigió la diócesis ovetense de 1296 a 1301.