Qu(a)m D(eu)s a pena d(e)fe(n)d(a)t d(i)cta Semena / Alfo(n)si v(i)du(i) regis amica fui / cop(i)a for(m)am genus dos mor(us) cultus amen(us) / me regnatoris prostituere [tho]ris / me(a) simul et regem mortis p(er)solvere legem / fata coegeru(n)t que fera [queque terunt] / terd(e)nis demptis sup(er) hec d(e) mille ducentis / quatuor eripies que fuit era scies

Texto dado por Blanco Iglesias (2004, p. 71).

Yo llamada Jimena, a quien Dios libre del castigo merecido, fui amiga del rey viudo. La riqueza, la hermosura, linaje, las bellas costumbres y el buen trato me prostituyeron al tálamo reinante. A mí y al rey los hados implacables que todo lo pulverizan obligáronnos a pagar el mortal tributo. Quita tres veces sobre esta mil doscientos y arrebata otros cuatro, sabrás cuál fue la era.

Texto dado por Blanco Iglesias (2004, p. 71).

Sobre doña Jimena se han vertido ríos de tinta, ya que siempre ha sido un personaje controvertido. Sin embargo, todos los historiadores coinciden en el hecho de que procedía de un linaje noble y en que en torno a 1078-1080 mantiene una relación con Alfonso VI, por entonces viudo. Nunca se llegaron a casar, lo que provocó la amonestación del Papa Gregorio VII, y a finales de 1080 el monarca se casa con Constanza, de la casa Borgoña, cuyo matrimonio estaba en afinidad con las políticas de acercamiento a Cluny. Blanco Iglesias (2004, pp. 64-66).