Todos los personajes son identificados como profetas, si bien no todos reciben ese tratamiento en el Antiguo Testamento. IsaÃas, JeremÃas y Jonás remiten a los profetas que dan nombre a los respectivos libros de la Biblia. ElÃas es el gran profeta, cuyas aventuras se narran en 1 Re 17-21; 2 Re 1-2. En cuanto al rey David, la tradición lo consideraba profeta pues el Señor hablaba por medio de él (2 Sm 23, 2) y muchos salmos, a él atribuidos, eran tenidos por profecÃas. Jacob fue uno de los patriarcas y probablemente sea llamado profeta porque predijo que el MesÃas saldrÃa de la tribu de Judá (Gm 49). Finalmente, a Simeón hay que identificarlo con el personaje que aparece en LC 2, 25-35.
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