Tres cosas nos han sido quitadas a otras tres cosas, con la muerte de Rodrigo: a las costumbres un ejemplo, a la Regla el rigor, a la ciudad un timbre de honor. Con este abad esta casa cobró valÃa, resplandeció la honestidad, brilló la religión, la regla conservó su rigor, pero como la muerte se siente envidiosa del mantenerse largo tiempo en la altura, he aquà un motivo de alegrÃa para el cielo y de aflicción para nosotros. En el año mil ciento setenta y ocho.
Traducción dada por IMA 98.
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