Llora y se lamenta, por la amarga muerte de la abadesa, depositada en este sepulcro, la comunidad de monjas, que ella custodi贸, dirigi贸, ense帽贸 y form贸, pronta en persuadirlas a seguir los dictados de la ley. Hija de nobles padres fue Aldonza, en vida, con su norma de bondad, de gran devoci贸n su mente. Fue su constante cuidado la defensa de los derechos del claustro, as铆 ella dio a cada cual lo que le fue permitido. La era andaba por el a帽o mil trescientos sesenta y uno, cuando vino a este monumento.
Traducci贸n dada por IMA 113
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