El abad Fernando yace aquÃ, bien merecedor del recuerdo, extrañamente preparado para incrementar los ingresos del convento, ilustre de cuna, devoto en religión, esplendoroso en el claustro, sin defecto alguno en sus costumbres. En el décimo mes, murió bajo el mismo hado..., en la era de mil trescientos veintisiete, su vida estaba plena de admoniciones de paz, (era MCCCXV + XII era 1327 = 1289 d. de C.).
Traducción dada por IMA 150.
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