Al dĆa siguiente, sĆ”bado, fiesta de San BartolomĆ©, dĆa 24 del mismo mes de agosto, antes de la salida del sol, despuĆ©s de una arenga del rey a los soldados, unos por las recientes ruinas del muro, otros por escalas de madera, entran con gran violencia en la ciudad, donde hubo una lucha encarnizada cuerpo a cuerpo y una gran matanza de combatientes. DespuĆ©s la mayor parte de los moros, atemorizados, se refugiaron en la ciudadela, en la que la conquista resultaba mĆ”s difĆcil; por ello, siguió un mayor peligro y una mayor matanza. Duró esta lucha tan atroz por todos los lados hasta el mediodĆa, cual puede imaginarse que serĆa entre unos vencedores llenos de ira y entre unos vencidos desesperados. De los moros de ambos sexos que sobrevivieron a esta mortandad y de sus riquezas se capturó un botĆn mayor de lo que correspondĆa al tamaƱo de la fortaleza, y eso que era el principal emporio de esta región. El rey, liberalĆsimo, repartió toda la presa entre sus soldados.
Traducción dada por CIHM 4, 74.
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