El campo epigráfico hace alusión a la consagración del templo a Santa MarÃa, en el año 1039 de la era cristiana, por el abad Monio, al frente de una comunidad benedictina, bajo los auspicios de Bernardo, segundo obispo de la diócesis de Palencia tras su restauración por Sancho el Mayor y del PrÃncipe GarcÃa, posiblemente el primogénito de éste. La inscripción aporta datos desconocidos hasta ahora sobre el origen de esta importante abadÃa de Husillos, ligada estrechamente a los Ansúrez, condes de Monzón, que la convertirÃan en cenobio propio y panteón familiar, y que llegarÃa a ser un importante centro de peregrinación por las valiosas reliquias que albergaba.
Ponen en relación GarcÃa Lobo - GarcÃa Morilla (2012, 346-347) la alusión a la regla de San Benito y a la sumisión de la comunidad monástica al obispo con el tÃtulo II del acta conciliar de Coyanza (1055). De ser asÃ, estarÃamos ante un falso epigráfico, como ellos proponen.
|