En virtud del pacto de Toros de Guisando (1468), la “villa de Medina del Campo e alcázar e fortalezas della e con la torre de la Mota” debían pasar a manos de Isabel, pero en realidad siguieron siendo posesión de Alonso Fonseca, arzobispo de Sevilla y partidario de Enrique IV, para pertenecer después al duque de Alba, quien finalmente la entregó a los reyes en 1475. A partir de ese momento, con la intervención de diversos alarifes mudéjares bajo la dirección de Alonso Nieto, “nuestro obrero mayor de las obras”, va a comenzar la construcción de distintas partes de la fortaleza, entre ellas, de la barrera exterior donde se sitúan los escudos. Tal como refleja la inscripción, muy probablemente concluyó hacia 1483.
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