El texto procede del “credo atanasianoâ€, una composición tradicionalmente atribuida a San Atanasio, obispo alejandrino del siglo IV, aunque es probable que proceda de la zona occidental del imperio y haya que fecharla en torno a los siglos V-VI. Gozó de gran popularidad a lo largo de toda la Edad Media y a finales de ella, por ejemplo, el obispo Pedro de Osmo compuso un comentario al respecto.
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