Para la memoria futura, don Fortunio de MarquÃnez, arcipreste de Treviño, mandó esculpir en esta lápida, que esta villa y su iglesia fue poblada por don Sancho, rey de Navarra, y por el obispo de Calahorra don Rodrigo, en el año del Señor 1161 y pasó después al dominio del rey de Castilla don Alfonso, en permuta por Miranda, Mendavia, Larraga y otras villas del reino de Navarra que tenÃa bajo su dominio dicho rey de Castilla en el año del Señor 1200. Y, finalmente, esta iglesia fue dedicada por don Aznar, obispo de Calahorra y La Calzada, por las preces del referido arcipreste Fortunio, el año del Señor 1251, reinando don Fernando en Castilla y siendo prestamero de Treviño Diego López, en honor de San Juan Bautista en el segundo domingo del mismo mes de julio. El obispo de Calahorra don Aznar consagró esta iglesia y puso en ella las reliquias de los santos mártires Emeterio y Celedonio y acordaron cuarenta dÃas de indulgencia perpetua a todos los que, en cualquier año, acudan a ella en el aniversario de su dedicación a orar por dicho obispo y los bienhechores de esta iglesia.
Cristo, Principio y Fin. Jesús, Dios.
Traducción dada por Castresana López 2015, 297.
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