La confusión total de los cronistas sobre la identidad de las consortes que habÃa en la corte de Pamplona se manifiesta, una vez más, cuando se trata de identificar la propiedad de la sepultura. Gregorio de Argaiz introduce, por primera vez, la idea de que la inscripción pertenece a la reina Clara Urraca, esposa de Sancho II Abarca, cuyos restos habÃan sido trasladados al panteón del monasterio de Nájera, posiblemente después de su fundación. No se conserva testimonio documental que, efectivamente, avale dicha teorÃa (CIHM 6, 25).
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