Al mismo tiempo que se llevó a cabo la reconstrucción de los sepulcros del Panteón Real durante la primera mitad del siglo XVI, se debieron encargar los letreros epigráficos. No existe constancia documental del entierro de Sancho IV el de Peñalén en Nájera y, aunque algunos autores dudan de él, sà parece que pudo ser lo más probable (CIHM 6, 26).
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