a)
Sálvame por tu nombre esclarecido, y en virtud, oh Dios, haz mi proceso. Escucha mis plegarias y de paso mi voz sea a tu oÃdo. Pues ves, que estos extraños se han alzado a mi daño y que tropa armada y fuerte me ha venido a buscar para la muerte, y que a ti no han mirado. Mas he aquÃ, que Él me ayuda, y en debate tan fiero hace de escudo mi vida. Da a estos hombres la pena merecida.y de vez les abate. De ellos, libré mi gozo en el lleno, te haré mis sacrificios voluntarios y a tu nombre diré cánticos varios, porque sin par es bueno. Pues soy cierto, que de tamaños males has resuelto librarme, y que respire y que la espalda sin cuidado mire de mis fieros rivales.
b)
Al principio existÃa la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios cuyo nombre era Juan. Vino como testigo para dar testimonio de la luz.
Traducción dada por CIHM 7, 23.
|