Cristiano que contemplas educado este entierro, y todavÃa recuerdas al que cubre esta piedra, lees lo escrito en este sepulcro. Pues entiende por la inscripción de quién es el túmulo. Por sus costumbres y vida fue verdadero israelita, presbÃtero extraordinario, hombre bueno y piadoso, de noble linaje, su bondad se conoce bastante. Este, Zavaab se decÃa, la muerte fue del golpe de la espada. En este túmulo enterrado miras sus huesos y polvo. Su espÃritu, feliz, migró a su destino. Si de mil doscientos quitas solo seis, contemplarás manifestada la era que queda.
Traducción dada por: CIHM 8, 4
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