No estan aquà los lechos de oro que decoran los banquetes, / que el murex de Asiria te sirva de señal. / Ni por múltiples cavernas en ábaco esplendente / se disponen lujosos banquetes con arte de códice. / Ni se dará aquà la copa, la cual, eventualmente, una asa / de rútilo metal retorcida abrace uno de los lados. / No tengo vinos de Gaza, de Quis, de Falerno, / beberás todo lo que mana de la palmera de Sarepta. / Pero lo que es que un montón de la humilde mesa no se llene / te suministrará, asà lo pedimos, en la plenitud de la gracia.
Lectura dada por CIPTP anexo falsas 2.
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