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La pieza es un paralelep铆pedo de piedra arenisca local con al menos tres textos inscritos. Est谩 mutilada por la parte izquierda e inferior. El borde superior parece ser el original, ya que las letras conservadas se ajustan al espacio existente entre la l铆nea gu铆a y el margen, sin apreciarse signos cortados. La parte derecha de la pieza presenta un cierto desbastado, y parece que el final de la linea coincide con 茅l, por lo que podr铆a ser que 茅sta se correspondiera con una fase de reutilizaci贸n del soporte.
Las dimensiones del objeto ser铆an 33 x 28 x 11,5 cm. El tama帽o de las letras y estado de conservaci贸n var铆a seg煤n el texto. Sim贸n Cornago da unas medidas conservadas de: (29) x (28) x 12.
Bajo el nombre de Cabezo Lobo se conoce una zona en el extremo septentrional de las B谩rdenas, que tambi茅n se denomina B谩rdena Blanca. Es un terreno con cerros testigos en forma de mesa, protegidos de la erosi贸n por la presencia en su parte alta de niveles de areniscas, caracter铆sticas de la Formaci贸n de Uju茅. A sus pies el agua ha producido escarpados y ramificados barrancos.
Cabezo Lobo engloba un conjunto de tres sitios arqueol贸gicos. Cabezo Lobo II, lugar al que pertenece la pieza, es un peque帽o lugar fechable, por sus materiales cer谩micos recogidos en prospecci贸n, entre el primer tercio y mediados del s. I d.C. En el corte del terreno por la incisi贸n de un barranco se reconoce un paquete estratigr谩fico en el que, a lo largo de 30 m, afloran estructuras de arenisca, de dificil interpretaci贸n, con un nivel de incendio.
A nivel local, el yacimiento se inscribe dentro del proceso de abandono que el territorio de las B谩rdenas Reales sufri贸 desde comienzos de la Edad del Hierro. As铆, uno de los pocos enclaves que se instalan aqu铆 es el conocido con el nombre de Cabezo Lobo I, asentamiento llano de tipo "vicus" o aldea-granja muy pr贸ximo al lugar de donde procede la pieza. Presenta restos de construcciones y su necr贸polis asociada. El emplazamiento no tiene connotaci贸n defensiva alguna. S贸lo tiene un nivel de ocupaci贸n, fechado a finales de la II Edad del Hierro, entre los ss. III-I a.C. El lugar lleg贸 a conocer la romanizaci贸n tempranamente, por los restos cer谩micos encontrados. El mantenimiento de este n煤cleo en la zona hizo que se diera una continuidad de poblamiento con otros enclaves, como Cabezo Lobo III, Cantalar II o Cueva Quemada. 脡stos ten铆an una funci贸n de tipo agropastoril, que se pone en relaci贸n con rutas de circulaci贸n del ganado.
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