Tésera de bronce zoomorfa, fundida a la cera, con una pátina de color verde oliva oscuro bastante bien conservada. M. Turiel opina que estamos ante la figura de un topo y J.M. Abascal la interpreta como la de un verraco, con unas dimensiones máximas de 2,5 cm de largo por 1,4 de lado y 0,5 cm de grosor, y un peso de 4,5 gr, dispuesta hacia la derecha y partida longitudinalmente. Presenta formas redondeadas, con detalles anatómicos como las partes del cuerpo, las uñas de las patas traseras, el ojo y la boca. En la parte plana se observan cinco signos. Su imagen tosca y su descuidado modelado recuerdan a la tésera falsa SP.02.34FALSA(CT-18) (Simón Cornago 2013). Beltrán et alii 2009, la consideran suspecta.
Análisis metalográfico: Cu: 83,4%; Sn: 6,87%; Pb: 8,88%; Zn: nd; Fe: 0,33%; Ni: 0,03%; As: 0,18%; Sb: 0,23%; Au: -; Ag: 0,099%; Bi: -.
Este tipo de tésera zoomorfa es frecuente entre las téseras de hospitalidad celtibéricas, pudiendo ser interpretadas como pieles de animales sacrificados como testimonio de los mismos. El topo es un animal raramente representado en la iconografía céltica, aunque dadas sus costumbres subterráneas pudiera relacionarse con el mundo de pactos y juramentos. Por otra parte, por su forma se aproxima a otra tésera en forma de verraco que procede de la provincia de Cuenca [CU.00.01].
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